Los frascos pequeños con cuentagotas tienen un rango de uso relativamente más amplio en los campos médicos, ya que varios líquidos como suero fisiológico estéril, antisépticos y una variedad de reactivos diagnósticos pueden colocarse en ellos. Dichos líquidos a menudo se utilizan en clínicas, por ejemplo, en el caso de procedimientos para lavar una herida con medicamentos, poner gotas en los ojos o durante pruebas de laboratorio. Estos frascos están diseñados de manera que el líquido se administra en dosis medias, lo que reduce las posibilidades de derrames y contaminación del agente médico y asegura la seguridad del paciente. Además, los materiales de los frascos son higiénicos y cumplen con los estándares médicos, lo que garantiza que los líquidos médicos pueden almacenarse en estos frascos sin comprometer la seguridad.